A pesar de que escribo estas líneas habiéndome pasado ya el modo historia, llamado “Gira Mundial” en el propio juego, veo apropiado retomar este antiguo apartado de Primeras impresiones de este humilde blog hablando de Kingdom Hearts Melody of Memory, ya que aún me queda mucho más por descubrir de este nuevo título de dicha saga, el cual es un homenaje a toda la banda sonora creada por la diosa de la música, Yoko Shimomura, y otros autores como Takeharu Ishimoto y Tsuyoshi Sekito. Por supuesto, este texto no contendrá ningún tipo de spoilers de la trama del juego, por lo que mi estimado lector puede leer tranquilamente la presente publicación.
Empezaré diciendo que tuve la suerte de poder probar la demo lanzada unos días antes, y digo “suerte” porque no me veía capaz de jugar la demo antes de la salida del título completo, ya que la necesidad de liberar espacio en la consola, instalar unas cuantas actualizaciones y, más importante, el poco tiempo libre disponible se me juntó con una dolencia en los ojos que apenas me permitía ver bien, se me nublaba la vista, pero aun así, en cuanto tuve la ocasión, descargué la demo y la jugué junto a mi amado Dai, y, a pesar de las dificultades oftálmicas, lo disfruté muchísimo, puesto que los juegos de ritmo son un género que me gusta bastante, principalmente por Final Fantasy Theathrythm y Final Fantasy Theathrythm Curtain Calls, títulos a los que recuerda mucho el juego que nos atañe.
Así pues, cuando estrenamos Kingdom Hearts Melody of Memory ya estábamos familiarizados con su sistema de juego, y nos pareció igual de adictivo que la demo. Hemos jugado a todas las canciones disponibles, salvo las que hay ocultas, para las cuales nos faltan unas quince estrellas de las exigidas (cada canción te pide tres misiones concretas, y por cada misión cumplida te dan una estrella, y cada ciertas estrellas se desbloquean nuevos mundos y secciones), y también hemos jugado en todos los niveles disponibles (principiante, normal y experto), aunque sí que es verdad que hemos notado que, incluso en principiante, el nivel es algo superior al de su “primo” Final Fantasy Theathrythm, pues un ejemplo de ello es que en el de Final Fantasy puedes ponerte una música en modo principiante para simplemente escucharla y disfrutarla mientras presionas con el lápiz la pantalla táctil de la consola de Nintendo, mientras que en el juego de Kingdom Hearts esto es imposible de hacer, incluso en las canciones más básicas se necesita un mínimo de concentración para no perder la cadena de notas golpeadas sin fallar. En modo “normal” podemos encontrar canciones más asequibles o más complejas, según el ritmo de la música, y en el modo “experto” podemos volvernos locos si el nivel de exigencia es tan alto como el de Wave of darkness, la música que tantos quebraderos de cabeza causó a quienes probamos la demo en su momento; sin embargo, podemos encontrar otros títulos que no nos supondrán ningún problema superar en este nivel de dificultad, el cual aumenta no por la velocidad de las indicaciones, sino por la añadidura de notas en la canción (a más nivel, más notas que pulsar). Otro ejemplo con el que podemos apreciar un nivel superior al de Final Fantasy Theathrythm es que éste sólo precisaba de una pulsación con el lápiz de la Nintendo DS o 3DS, mientras que en Kingdom Hearts Melody of Memory no sólo habrá momentos en los que tengamos que pulsar dos botones a la vez, sino que también habrá situaciones en los que tengamos que presionar tres botones al mismo tiempo, o mantener uno pulsado mientras pulsamos uno o dos más. Y además, para valorar aún más tu precisión, encontramos dos tipos de excelentes: los dorados (cuando te has acercado bastante al momento justo) y los arcoíris (cuando has sido capaz de pulsar con rigurosa exactitud).
En este juego tenemos un apartado llamado “Museo”, donde encontramos numerosos coleccionables, desde una gramola donde escuchar las canciones superadas o ver las secuencias de las inmersiones nemónicas (escenas proyectadas mientras jugamos con una canción determinada), sino también una gran recopilación de naipes de personajes, enemigos, llaves espada, vidrieras, etc., además de contener la mayor compilación de ilustraciones de toda la saga, desde el primer Kingdom Hearts hasta Kingdom Hearts III; todos estos coleccionables los vamos consiguiendo conforme avanzamos en el juego, y se pueden ampliar con sólo seleccionarlos, salvo en el caso de las llaves espada, algo que se escapa a nuestro entendimiento. En este apartado también encontramos todas las escenas que aporta el juego (tanto resúmenes narrados por Kairi como nuevas secuencias) y una sección donde podremos ver nuestros records y logros. Y como no podía faltar en un Kingdom Hearts, tenemos a los moguris dispuestos a fabricarnos objetos en su orfebrería particular con los ingredientes que les vayamos entregando, además de crear más canciones para jugar. El tema de la orfebrería es algo que aún tenemos pendiente de probar, así como las secciones de duelo y cooperativo, aunque este último lo pudimos disfrutar en la propia demo. Eso sí, se echa en falta un modo duelo en el que compitas con un amigo o con la persona que está a tu lado, ya que el juego se sirve de la función online para emparejarte con alguien al azar, sin darte la opción de elegir a tu contrincante (algo que, esperemos, añadan en un futuro parche), además de poder personalizar tu perfil con avatares, colores de interfaz y diferentes diseños; el poder jugar con tus amigos a modo competitivo lo vemos algo tan básico que nos choca que sólo podamos jugar a la vez si es sumando puntos entre los dos y no competir entre ambos, una opción que ya podíamos disfrutar, por ejemplo, en Mario Kart Wii, juego de hace ya dos generaciones, por lo que no entendemos cómo no la han incluido en un juego como el que nos atañe, el cual versa sobre el valor de la amistad y no te deja elegir a los amigos con los que jugar. Eso sí, puedes hacer un duelo con la CPU, algo que tampoco hemos probado aún, pero que tampoco nos ha llamado la atención por el momento.
Otras cosas que echamos en falta es la opción de “guardar”. Efectivamente, el juego se guarda de forma automática, no hay ranuras, no hay opción a rehacer un fallo (si has gastado un objeto sin querer, si quieres volver a empezar el juego desde cero, si otro usuario quiere tener su propia partida…). Después de tener varios títulos de la saga donde te ofrecían hasta noventa y nueve ranuras de guardado, ahora nos encontramos con que ni siquiera tienes la opción de guardar, ya lo hace el juego por ti, y, personalmente, esto es algo que no me ha gustado demasiado.
Además de esto, el juego, a pesar de contar con unas ciento cincuenta canciones de toda la saga, cojea con algunas músicas; lo normal es que por cada mundo encontremos dos músicas, la de campo y la de batalla, pero en la sección de Kingdom Hearts III esto no es así, pues sólo disponemos de una única música por mundo (y únicamente en inmersión nemónica); además, tampoco están todos los mundos de la saga, pues se echa en falta, por ejemplo, el de Piratas del Caribe (tanto en Kingdom Hearts III como en Kingdom Hearts II), así como los mundos de Tarzán o del Bosque de los Cien Acres. Además, Kingdom Hearts Re:Coded queda reducido a tan sólo un par de canciones, y en los resúmenes de Kairi Kingdom Hearts 358/2 Days se deja momentos importantes por el camino.
Otro punto en el que escasea muy, mucho este juego es en los jefes, pues son modos diferentes de juegos y apenas encontramos tres o cuatro por el camino. Hay que decir que Kingdom Hearts puede presumir de numerosos villanos y jefes, ya no sólo de la Organización XIII o el propio Xehanort, sino algunos segundarios pero igualmente memorables como Cerbero, Hades, Úrsula, Titán Roca, Yafar, Reminiscencia de Vanitas, Kurt Siza o Prestigitador, por citar unos pocos. ¿Por qué han dejado esta modalidad relegada a un número tan ridículo de jefes? Por no hablar de que, una vez más, la presencia de personajes de Final Fantasy (salvo la del moguri) es nula, que es la base en la que se fundó esta saga, un crossover entre Disney y Final Fantasy.
Por otro lado, tenemos para elegir cuatro tríos con los que jugar y que se van desbloqueando conforme avanzamos en el juego: empezamos con el clásico, a saber, Sora, Donald y Goofy, hasta que después podemos tener los grupos de Riku y dos oníridos (Marramaguau y Vampiélago), Axel, Roxas y Xion, y Aqua, Terra y Ventus. Todos ellos irán subiendo de nivel conforme vayamos jugando con ellos, y tienen sus propios ataques. De aquí me resulta algo triste que un personaje tan importante en la saga como es Riku quede relegado a ir acompañado de un par de mascotas; bien podría ir acompañado de Mickey (comodín que te ayuda en los momentos flojos y que también es algo que aún no hemos experimentado), o incluso por su Réplica, algo que habría molado bastante. En ciertos mundos Disney podemos tener un invitado en el trío (sustituyendo a uno de los acompañantes), como Peter Pan, Aladdín o Mulán, pero una vez más tenemos que echar en falta algo, o, en este caso, a alguien, y es a Jack Skellington, algo que nos extraña, puesto que, a diferencia de Jack Sparrow y Piratas del Caribe, el mundo de Ciudad de Halloween sí que aparece en este juego.
En cuanto a la duración del juego, éste te dura lo que tú quieras que dure, es decir, si eres una persona que, como nosotros, te picas con una canción tras otra hasta conseguir una máxima puntuación, el juego te va a durar bastantes horas, además de que hay objetivos marcados para cada música que te exigen volver a rejugarla, como eliminar cierta cantidad de sincorazón que de una vez no podrías conseguir. Esto es estirar el chicle de forma artificial, pero al estar jugando con una banda sonora que a nuestra edad ya es pura nostalgia las misiones de este tipo se hacen solas. En nuestro caso, nosotros nos pasamos el juego en unas doce horas, más que nada porque hemos repetido varias canciones, ya sea para mejorar nuestra puntuación, ya sea porque nos ha gustado jugarla, como Pirate’s Giga o Destiny Islands, aunque bien es cierto que hay muchos jugadores que se lo han terminado en menos horas que nosotros, por lo que el juego en sí es bien cortito.
En lo que a las nuevas escenas se refiere, ya subí en el canal todas las cinemáticas que ofrece Kingdom Hearts Melody of Memory, las cuales no llegan a una hora de duración y se pueden dividir en dos partes: la primera, con resúmenes de toda la franquicia narrados por Kairi, y la segunda, las nuevas escenas que apenas aportan una media hora de nueva información en la saga. Hemos de decir que en estas nuevas escenas hemos visto alguna que otra situación un tanto forzada y que no nos ha terminado de convencer mucho, pero nos deja ansiosos por saber qué nos deparará el próximo título de esta saga.
En resumen, Kingdom Hearts Melody of Memory nos ha gustado mucho como lo que es, un juego de ritmo que rinde tributo a la grandiosa Yoko Shimomura y su música en Kingdom Hearts, el cual nos eriza la piel con cada canción rememorada, y es realmente adictivo para todos aquellos jugadores que disfruten con este género de videojuegos, a pesar de cojear en algunas secciones como hemos comentado anteriormente. Sin embargo, como un Kingdom Hearts al uso deja mucho que desear, esperábamos algo más de él, y para lo que aporta como tal y como el género que es no nos convence el precio de salida que se le ha dado, mucho más alto de lo que realmente aporta. No obstante, aún nos quedan cosas por descubrir de este título y tenemos ganas de seguir jugándolo y superar nuestras propias puntuaciones, ya que, como decimos, este es un juego para los que realmente gustan de este tipo de videojuegos y del que se pueden sacar muchas horas rejugándolo e intentando completar todas las colecciones.
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